La Casa de los Crucifijos
Marisa Béjar
Célebre Editorial
Célebre Editorial: https://www.celebreeditorial.es/producto/la-casa-de-los-crucifijos/
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Ficha Técnica
Editorial: Célebre Editorial
- Precio: 15 euros.
- Formato: tapa blanda.
- Género: terror, misterio, fantasmas, boxeo, animales, desamor.
- Persona: tercera y primera persona.
- Tiempo: presente y pasado.
- Capítulos: 49
- Páginas: 288 páginas.
- ISBN-10: 8412017943
- ISBN-13: 978-8412017946
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Sinopsis
Crees en las casualidades o que todo forma parte de un engranaje? El día que Ruth se dirige a disputar su octavo combate de boxeo amateur, descubre una casa centenaria en mitad de la montaña cubierta de crucifijos. La morada es un lugar lúgubre y escalofriante, pero a Ruth le atrapa su misticismo... ¿Podrá una boxeadora descubrir la terrorífica historia que se cierne sobre la Casa de los Crucifijos? Ruth tiene una percepción extrasensorial que le permite contactar con los muertos y un inmenso mundo onírico; estas peculiaridades le ayudarán en su arduo cometido. Es una novela a dos tiempos; cabalga entre la actualidad y la Baja Edad Media. El mundo de ultratumba reside en toda la novela, sin embargo es el riesgo el principal protagonista.
Párrafos de la novela
La casa disponía de gran variedad de árboles centenarios, pero sin lugar a dudas eran dos los que destacaban por su misteriosa belleza; se trataba de un roble y de un olivo. A diferencia del resto de árboles de la finca, las ramas de estos se retorcían de una especial forma rocambolesca, como si estuvieran sacados de una fábula, y sus troncos tenían un diámetro muy superior a los demás.
Ruth clavó la vista en el rostro que emergía del tronco del olivo centenario. El primer día lo descubrió, pero ahora podía dedicarle más atención. Tuvo que rascarse los ojos al observar aquella fisionomía fantasmagórica y protuberante. Pero, después de frotárselos, seguía viendo aquel rostro deforme que desde los pliegues de la corteza esgrimía un mensaje de horror: ojos inmensos y la boca en forma de ‘O’ alargada y ondulante, bramando el grito más intenso y eterno del mundo.
El olivo y el roble flanqueaban ceremoniosamente la parte delantera de la casa. Y justo aquella irreverente cara en el tronco aparecía en el costado encarado con el roble.
Mientras estaba absorta en aquel rostro que surgía entre la corteza, posó la mirada en la ventana de la primera planta donde días atrás apareció la niña. Constató que la cortina encarnada se movía drástica y misteriosamente, como si hubiera una lucha tras ella, pero no veía a nadie en el interior. De repente, la madera del roble crujió estrepitosamente y sobrevino un fuerte vendaval. Ruth se subió la bufanda y se bajó el gorro para protegerse. El viento silbaba en la zona de modo perturbador. Las ramas de los árboles se hallaban en ardua lucha por mantener su unión al tronco y no formar parte de la leña esparcida por la montaña. La tierra se levantó del suelo y varias partículas de polvo y arenilla se introdujeron en los ojos de Ruth, impidiéndole ver con nitidez. Se colocó las gafas de sol para proteger los ojos, alzó la mirada y vio una vieja sábana ondeando sobre la casa. No pertenecía a ningún tendedero de una vivienda adyacente porque estaba raída y mugrienta. Ruth dedujo que aquel tejido harapiento había sido abandonado en algún lugar y el viento lo había arrastrado hasta allí.
Parecía un fantasma gravitando alrededor de la casa. Al remitir el viento, la sábana bajó y se posó en una de las ramas del roble, donde quedó colgada como si fuera un ahorcado.
—¡Joder! ¡Qué mal rollo! —exclamó Ruth.
La forma de la sábana simulaba la silueta de una persona basculando inerte. Sintió pavor al recrear su pensamiento en la figura de la muerte. Fijó los ojos de nuevo en el olivo. La expresión de asombro del tronco parecía más acentuada que antes. Y de repente, la niña apareció de nuevo en la ventana, gesticulando y vocalizando mensajes de socorro sin que llegara el sonido. Aquellos enormes ojos de color café imploraban auxilio de un modo sobrecogedor, y Ruth no podía eludir la vehemencia del mensaje. Se acercó a la puerta y la zarandeó, pero no logró abrirla. Era un acceso sólido que no podía franquear. La casa estaba rodeada de verjas altas en forma de lanza que impedían el acceso.
La niña palmeaba el endeble cristal sin riesgo a sufrir resquebrajos. Era algo que ya advirtió la primera vez y seguía sin comprender cómo no lo hacía añicos.
En una fracción de segundo, pasó a verla suspendida en el aire. Hacia la mitad de la ventana, veía moverse las piernas y ya no tenía perspectiva de la parte superior del cuerpo. Al instante desapareció. Pensó que alguien la había agarrado y se la llevaba por la fuerza, de ahí ese pataleo ingrávido. Y a continuación, calma total.
Fotos de algunas de las presentaciones del libro
Según la autora por qué deberíais leer esta obra
La Casa de los Crucifijos no es una novela de terror convencional.
El boxeo está presente a lo largo de la novela. La protagonista, Ruth, y los demás compañeros del Club de boxeo te mostrarán el sacrificio y dureza de este noble deporte, eclipsado por los medios de comunicación. Podrás asistir como espectador en primera fila a un combate de boxeo.
Otro de los elementos que caracterizan esta novela es la continua presencia de la Edad Media entremezclada con la realidad.
Nota
Próxima presentación de La Casa de los Crucifijos: el 23 de octubre a las 19:00 horas, librería Gigamesh, c/ Bailén núm 8 Barcelona.Célebre Editorial: https://www.celebreeditorial.es/producto/la-casa-de-los-crucifijos/
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