LIBROS AMAZON: La voz del abuelo. De Marta Lleonart Segarra

LA VOZ DEL ABUELO




Resumen

Marc, un abuelo de 78 años nació como nieto del Marqués de Baró y morirá como un campesino. Cuando él tenía 4 años en el casal de su abuelo hubo una muerte y se dijo que fue Marc quien lo hizo por esta razón, lo llevan a vivir con los masoveros de los señores, privandole de todos los lujos. Al paso de los años, cuando Marc les expliqué qué paso a sus hijos, estos nunca le perdonarán que no haya luchado por todo lo que era de él y por esta razón se dejan de hablar. Durante un verano, Marc junto con sus nietos, van a vivir una experiencia única y todos ellos van a saber la verdad de la historia que separó a Marc de sus hijos y de su familia noble.


⏩Formatos: ebook y papel

⏩Precio:15€

⏩Género:ficción

Narración

Persona: Primera persona

Tiempo: Pasado

Capítulos

⏩Capítulos publicados: 24 tiene el libro
⏩Capítulos totales: 24 tiene el libro
⏩Caracteres: 404.864 con espacios
⏩Palabras: 73.007
⏩Páginas: 453


Contacto:

⏩Correo electrónico mlleonarts@gmail.com
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⏩Twitter @marta_lleonart
⏩Página web: www.martalleonart.com


Sinopsis publicada en la obra

¿Realmente Marc es el culpable? ¿Es justo tener que cargar una muerte durante toda la vida, sabiendo que no fuiste tú? ¿Quién te puede creer? ¿Quién te perdonará? ¿Qué esconde la verdad?Marc es descendiente del Marqués de Baró. Tras la muerte de un niño dentro de los jardines del Casal del Marqués, lo privan de todos los lujos y lo llevan a vivir junto con los masoveros de los señores, ya que creen que él es el culpable con tan sólo cuatro años. Durante el resto de su vida, vivirá como un campesino, donde sus hijos nunca le perdonarán que no haya luchado por lo que podría haber sido suyo.A pesar de que toda su vida se haya sentido culpable de una muerte que no fue provocada por él, este último verano en la Isla todo cambiará y sus cinco nietos sabrán la verdad del pasado oscuro que rodea la familia. Ellos sabrán perdonar a su abuelo, sin juzgarlo de un hecho que ocurrió hace muchos años. Cada vez los conflictos familiares aumentan hasta el punto de que Arnau y Lidia, dos de los nietos de Marc, rompen la relación con sus padres al saber que Diana, su madre, ha estado envenenando a su abuelo para poderse quedar toda la herencia. Y Adela, ¿qué se sabe de esta mujer? Ella está convencida de que Marc es su hermano, pero realmente es así o sólo es para quedarse el Casal señorial de la Isla?

⏩Primera página o párrafos de la obra

Capítulo 1.


Hacía días que solo tenía fuerzas para mirar a través del cristal de la habitación, que me habían acondicionado para mí en casa de Ricard, mi hijo mayor. Lídia se había convertido en mi confidente desde que llegué. Al principio, iba de casa de mi hijo mayor, a casa de mi hijo pequeño, Andreu, siendo un paquete para todos ellos, aunque a mí no me gustase la idea. Por mucho que insistiera en quedarme en la Isla con Lluís, no lo aceptaron de ninguna manera y los dejé hacer como siempre. A estas alturas creo que solo me respetan mis cinco nietos.

De repente, Lídia entró en mi habitación, diciéndome que su hermano acababa de llegar. En un primer momento no la entendí demasiado bien, porque estaba sordo y medio dormido, soñando con mi Isla, pero cuando se volvió a abrir la puerta y apareció Arnau bajo el umbral, fui consciente de lo que me había dicho la chica.

—¿Abuelo cómo estáis? —me preguntó el chico.

Yo no tenía muchas fuerzas para hablar y menos cuando me emocioné, al ver que lo tenía tan cerca, después de no vernos desde hacía años.

—Ya os dije que pronto volvería, abuelo —me recordó Lídia.

El chico se acercó y me dio un beso en la mejilla derecha. Lo miré a los ojos y le sonreí tímidamente.

—¿Abuelo cómo estáis? —me volvió a preguntar Arnau.

De repente entró Diana, la mujer de mi hijo mayor. Mientras buscaba una pelusa imaginaria encima de la cama, dijo toda seria y con un tono seco:

—Dejad descansar a Marc, que está enfermo.

Era verdad que desde hacía semanas, no me levantaba y me estaba todo el día en la cama enfundado por falta de fuerzas, pero un poco de visita también me gustaba y me distraía. Era Diana quien me llevaba las comidas del día. No dejaba que ni su hija y mi hijo mayor me dieran nada, argumentando que el médico me tenía a dieta. El caso es que yo no había ido al médico en ningún momento, salvo cuando cogí el resfriado hacia diciembre. Yo no decía nada y dejaba hacer como he hecho siempre, pero lo que no sabían tanto ella como Ricard, era que a escondidas entraba Lídia a hacerme un poco de compañía. A veces me llevaba algo de comida, a veces entraba para explicarme como le había ido el día. Yo creo que mutuamente nos entendíamos. Solo con la mirada ya sabíamos lo que pensábamos el uno y el otro. En aquella casa tan solo tenía voz y voto Diana. ¡Qué mujer! Era Diana quien avisaba a su médico de cabecera, para que viniera a casa a visitarme. Era Diana quien hacía limpiar mi habitación una vez a la semana, bajo su presencia, a una muchacha, cuando venía a limpiar toda la casa. Era Diana quien se encargaba de hacer la compra y más tarde se la llevaban a casa. En definitiva, era Diana quien se encargaba de todo.

—Hoy enterramos a tío Lluís y el abuelo se debe levantar —dijo Arnau.

—¡A Lluís no le digas tío, que no lo es! —le contestó su madre de mala manera —¡Marc no vendrá, que no ves que no se puede poner de pie!

—Claro que se levantará y lo hará ahora mismo —insistió Arnau —. He venido de muy lejos para...

—¡Nadie te ha invitado! —le dijo su madre mirando de reojo a Lídia.

La pobre chica se quedó rígida sabiendo que había sido descubierta. Fue ella quien días antes, me dijo que pensaba llamar a su hermano, para que supiera que tío Lluís se estaba muriendo, en la residencia donde estaba desde hacía años.

—¿Cuál es la ropa del abuelo? —preguntó Arnau mientras abría mi armario.

—¡Déjalo, Marc no viene! —contestó su madre —Además, hace frío fuera. ¡Cómo coja la gripe otra vez...!

El chico no hizo caso a las palabras de su madre y mandó a su hermana que le ayudara a elegir la ropa. Sacaron unos pantalones oscuros y una camisa gris, de dentro el armario.

—Esto os irá bien, ¿dónde está su abrigo y su bufanda?

—Así no puedo ir. Necesito mi traje y está en la Isla —dije con un hilo de voz.

—Ahora no podemos ir a la Isla —me contestó suavemente mi nieto, guiñándome un ojo.

—Necesito mi traje, en los funerales se va con un traje —dije antes de empezar a toser débilmente.

—¡Mirad lo que habéis provocado, ahora empeorará! —dijo Diana toda agresiva.

—¿Queréis un traje?, pues os dejo el mío — me dijo Arnau.


Y así fue como se quitó su traje oscuro para que yo me lo pusiera. Él se puso la ropa que habían sacado para mí, del armario.

La cara de Diana se puso de repente muy roja de la rabia que estaba acumulando desde hacía rato. Se quedó allí plantada, con la boca y los puños de las manos cerrados, mirando como mis dos nietos me ayudaban a vestir. Con paso cansado y hecho todo un ovillo, me dejé llevar por las manos de mis nietos, hacia la silla de ruedas que tenía esperándome en el comedor. De lejos lo observaba todo Ricard, mi primogénito, sin perderse detalle y sin decir nada. Fue en el momento que Lídia me quiso acariciar la mejilla y su madre le hizo un gesto brusco, cuando Arnau chilló todo serio a Diana.

—¡No quiero que los toques, a ninguno de los dos!

⏩Imagen del Libro Publicado




⏩Según la autora, por qué deberíais leer esta obra

Con este libro he querido hacer un pequeño homenaje a los campesinos ya que ellos tienen una tarea muy dura y pocos se acuerdan de ellos. Tanto mi familia paterna y materna eran campesinos y mis abuelos me explican sus vivencias y me gustaba mucho oírlas. De pequeña yo misma iba a ayudarlos en el campo y tengo bonitos recuerdos que he querido plasmar en este libro. Aparte también hay conflictos familiares inventados. Quise que el protagonista fuese una persona de la tercera edad porque el día a día, aunque nos cueste decirlo, los tenemos un poco abandonados y todos ellos tienen grandes cosas que explicarnos.




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